sábado, 5 de diciembre de 2015

VERSADO

 

Título: “Versado”
Técnica: Óleo y collage sobre tela
Dimensiones: 80x60cm
 

“Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes,
y se que más versado en desdichas que en versos”
(Miguel de Cervantes, “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”, Cap. VI, I Parte)
 
 
A ti, que has adquirido esta pintura, te digo que podrás entrar y salir de este blog y explorar las múltiples dimensiones del arte de Contardo. Tú y yo sabemos que hay algo que está en el original y no aparece en esta imagen: la entrada virtual a un mundo de colores, líneas y palabras...
 
Te contaré que en esta pintura están los borradores de dos poemas que nacieron en un taller literario, bajo la pregunta:
 


¿QUÉ HACE DON QUIJOTE EN VALPARAÍSO?

  Darío Valdebenito
 
 
Pregunto
¿Qué hace tan noble caballero, parado
frente a tan portentoso edificio, que
por estos lares se le llama “La Ratonera”
¿y por qué la observa curiosamente?
“Buen hombre –me contesta- observo
porque me gusta mucho la magnificencia
y he aquí que en vuestra ciudad, estos
castillos tan hermosos ya no se ven en mi
lejana patria, pues entre moros y cristianos
siempre se han repartido mal la tierra
“Bueno –le dije- a nosotros nos ha costado
años y años, ponernos de acuerdo, para hermosear
dicho castillo, precisamente para esto;
que algún día, en su foso, un gran caballero
como usted vea más allá de sus narices y ofrecía
en su magnitud la belleza que aún queremos
preservar en nuestra ciudad
-y a esto, el caballero andante, me respondió lo siguiente:
“Pues entonces conservadlo, para que la belleza
no decaiga abruptamente a vuestros pies”
Luego, parsimoniosamente, tomó su lanza
Y su escudo para irse caminando calle abajo
Dejándome a mí, muy contento en esa
punta de diamante
 

¿QUÉ HACE DON QUIJOTE EN VALPARAÍSO?

   Iván Tapia

 

Caballero de la luz dulce cordura
del enamorado del amor
¿qué haces en estas tierras dolorosas
en estas quebradas
en estos basurales?

He visto tu sombra cubrir
el rostro del hambre
subir en tu jumento por Clave
hasta la morada de una lavandera
abrazar su soledad
y enarbolar tu espada
contra el vil proxeneta

Caballero de verdad
¿qué haces en estos espacios
tan lejanos a tus manchegos territorios?
¿acaso has trocado tus molinos
por ascensores y ranchas?

¿Qué hace este enjuto extranjero
por las calles de mi ciudad?

Esta noche es imposible responder
en breves versos
la causa de tan extraña interrogante
Tal vez tú ilustre lector
tengas la respuesta
a tan extraña pregunta
  
 





RESCATE


 

A Camila

Pensó el Caballero, una noche tan oscura como la más oscura tinta de sus sueños: “Si pudiera devolverme y reiniciar la carrera, retrocedería hasta tus ojos de cara limpia y beso tan rojo como el labio que llevamos en el centro del corazón. Entonces no habría excusa para no decirte todo mi amor e invitarte a la Alcalá donde nací.” 

¡Cuánto anduvo para alcanzar su meta! De un continente a otro, hasta arribar a Valparanoia, donde unas casas de latón se arrastran perezosas hasta lo alto de las colinas. 

Cruzó el enorme Charco de Tintas, donde peces y estrellas de mar le confundieron con el gran octópodo y huyeron trinando sobre las olas... El resto de la historia ¿No está acaso en las Crónicas de la Princesa Celeste?
 
 

BALBUCEO



 

A Marina y Ángel

A la sombra de la Tinta –que no digo de la Mancha, pues sería desmesurado- me contó un tal Quijano, que al otro lado de las montañas, donde los bosques trocan en océanos de arena, Josef y Miriam contemplaron por horas aquel regalo del cielo, como si se tratase de una joya, una luz extraña de otro mundo, un ser fabuloso. Aunque sabían del portento anunciado a las generaciones por los videntes de su pueblo, perplejos observaron a éste que balbuceaba “dad, dad, dad...” pues darse sería su sino, darse por ellos y por nosotros y por ustedes, que de la tinta de sus almas extraen el zumo del amor y la belleza.